Un día ecléctico
Sin pretender cambiar las emociones en este espacio quiero comentarles algo que me ocurrió recientemente una experiencia un tanto reveladora para mí y que para ustedes les puede resultar en cultura general y por eso quiero compartir con ustedes: mi hija Brenda (16 años) ya maneja una camioneta Hummer disfrazada de Matiz por aquello de las ratas de dos patas en Ecatepunk. Por razones aún incomprensibles para mí, dice que perdió su permiso para conducir. Por lo que rápidamente acudimos a la oficina de licencias en donde una chica de bellos ojos sintéticos color verde, me dice que primero debo de levantar una acta informativa ante un juez conciliador ¿? Pues quien se enojó, si acaso yo por tener que regresar a esas oficinas nefastas y mugrientas y la neta no era para tanto, el caso es que me mandaron a otro sitio bastante retirado de donde originalmente nos encontrábamos. En el intento de buscar el juzgado ese, dimos varias vueltas por el “centro de Ecatepunk”, y bueno la sorpresa es que una calle de pronto se convierte en doble sentido y a la próxima ya es de uno solo, ¿Qué onda con estos tipos del Ayuntamiento?.Al cabo de 1 hora más o menos llegamos a una casa con funciones de juzgado, al entrar lo que llamó fuertemente mi atención fueron 2 cuartitos mini pequeños razón por la que comprendí porque su puertita era de barrotes, -claro es para que no se encierre el calor, son hiperventilados (pensé). De pronto una mujer se acercó a nosotros para preguntarnos que se nos ofrecía, después de un rápido escaneo que le practiqué cheque que su indumentaria era bastante atípica: Con faldita muy cortita (¿o era un cinturón muy ancho?) de un colorcito rojo ubicable por satélite, blusita blanco-amarillenta harto transparente sin corpiño por lo que fácilmente se veía marca y talla del bra, asunto que francamente no requería en mi base de datos y pasé al siguiente accesorio, una pañoleta bastante descolorida, sin embargo lo que más me sorprendió fue el maquillaje... qué cosa¡¡¡, ahí fue cuando pensé que aquello estaba influenciado por el mercado de mujeres de las llamadas “zonas rojas” (a lo mejor por eso el colorcito de la falda), en fin le respondí que iba por una acta de extravío del permiso de mi hija, me cerró un ojo y me pidió una copia de mi credencial de elector, y me dijo maliciosamente - .... y pasa conmigo. OUCH¡
Mientras Brenda iba en chin.. en friega por la copia me quedé con Alex (mi hijo) esperando ahí dentro, cuando de pronto se nos acerca un polecia, sí polecia y nos dice –buenas tardes ya los atienden o pasan conmigo para atenderlos como se merecen ¿?, para entonces quien sufrió el escaneo fui yo, aunque mi vestuario no era transparente ni impúdico, lo que retuvo su mirada fueron mis accesorios, aretes, anillos y cadenas de oro, así que rapidito le contesté que ya nos estaban atendiendo y nos alojamos cerca de los cuartitos hiperventilados, ahí estábamos esperando a Brenda, cuando escuchamos golpes e insultos y de pronto entran a la casa-juzgado más polecías con un tipo al menos ebrio y la cara cubierta de sangre, un ojo bastante hinchado y el color de piel circundante de un bonito tono morado-obscuro. Casi detrás de ellos entró una mujer de quien solo puedo recordar su peinado bastante desarreglado, lágrimas y baba con sangre en su rostro, a ella la llevaron hacia cuartos más grandes y con menos ventilación y al tipo lo dirigieron hacia esa esquinita en donde Alex y yo estábamos “refugiados”, para esas alturas yo ya no daba crédito de lo que mis ojos estaban viendo y yo viviendo.
Cuando tuve en mis manos la copia fui a buscar a la señora, quien ya tenía a su lado a la señora despeinada, persona a quien dejó de lado y rápidamente tomó mis datos, los de Brenda e imprimió una simple hojita, y posteriormente me dice: -su acta está terminada, son 57 pesos más la propina que usted quiera darme, si cree que lo merezco, sin querer hice contacto visual con la señora desgreñada y pues que me sonríe, entonces pasó lo peor, su sonrisa era interrumpida por la ausencia de un par de dientes, lo cual lamenté profundamente porque disminuía en mucho su personalidad, saqué 200 pesos y se los entregué a la secretaria¿?, de inmediato salí y no pude menos que reflexionar.... ¿Qué estoy pagando?, una simple reposición de permiso de conducir me enfrenta a una triste realidad de este país... corrupción, violencia, prepotencia, impunidad entre otras, considero que este tipo de anti valores deterioran la sana convivencia que todos nos merecemos. Entiendo perfectamente que estos problemas no tienen quince días, solo que antes había alguien que me mantenía alejada de estos factores sociales, ahora me corresponde ser madre, padre y también el hombre de la casa. No quiero causar lástima, de hecho puedo con esto y algo más.
En este nuevo camino de mi vida trato de observar más y estar muy atenta de lo circundante y si puedo reírme un poco..... pues simplemente ... lo hago. Y mientras para ustedes una recomendación. –CUIDEN SUS LICENCIAS Y PERMISOS DE CONDUCIR-
Magda Miranda
2 comentarios
Magdalena Miranda -
Jorge A. Angulo C. -
"Ahora comprendes el papel de los hombres al hacer los mandados"...
¿ya pagaste la luz? ¿cuándo vas a ver que te dicen del predial?, ah¡¡ que bueno que ya te entregaron la tarjeta de circulación, ¿cuanto tienes de plazo para pagar la tenencia? Oyeme cab...lleva el carro a verificar, te van a multar...