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Una Reflexión

Ayer revisaba en mente sobre lo referido por Guillermo en su último y definitivo escrito, aún cuando manifiesta no tener problema alguno sobre los supuestos ataques y discriminaciones de la que según ha sido objeto, manifestando no estar decepcionado del Trío Galaxia, me queda el ingrato sabor de boca de que en realidad sí se encuentra afectado, y me refiero actualmente, sabemos que sufre de problemas de aceptación con anterioridad, pero eso no lo vamos a discutir ahora. Debo confesar que en el afán de retomar las viejas costumbres estudiantiles, Poncho, Darío y yo, hemos caído en un círculo vicioso. Pero también creo que no por ello debemos tomar actitudes intolerantes y palpianas (término poco coloquial y de reciente incursión en el albor Probiolense).  

También creo que tanto Darío como Poncho, jamás intentarían despellejar a nuestro editor, ni tampoco menospreciar su reconocida labor, no obstante, se vislumbra el papel protagónico del mártir incomprendido, relegado, menospreciado, discriminado, inaceptado, etc. todo ello en actitud por mas deprimente (eso si, intolerante). 

Es importante destacar que no por lo dicho, se considere por enésima vez otro regaño, maltrato o agresión, por el contrario, se trata de hacer por un lado las niñerías para continuar para adelante. En este sentido, haremos todo lo posible por encaminar nuestros comentarios al plano cordial, sin dualidades o dobles sentidos que puedan herir o ultrajar sentimientos. De hecho, para dejar en claro que no somos malas personas, me permito comentarles que conocen la personalidad de Poncho, siempre amable, poco grotesco, meditabundo y siempre dispuesto a cooperar, eso si, un poco despistado pero nada feo. Tiene ese don de la cantada y del buen decir (sin exagerar), poeta reptiliano amante de la prosa y la bohemia, casi nunca se encabrona pero enojado siempre te dará el avión. Le da por cantar a des horas trasnochando a sus carnales, no obstante grita quedo y mas o menos entonado. Jamás ataca por placer, tampoco por defensa, cuando eso se manifiesta, seguramente está de buenas, ya que lo hace sin sangrar.  

Por su parte el buen Darío, sabemos que es mordaz y ofensivo, pero inofensivo mientras se le ate bien, procura a sus cuates sin pedir pal chesco, te escucha y lo hace bien, de repente se nos duerme pero ronca quedo. Su maldad es pasajera, a sabiendas que no herirá los intestinos, se disculpa no siempre a tiempo, pero se sabe que lo hará. Débil con las cartas, cómics, literatura del horror, la acampada y las tortas de queso de puerco con rastrillo, pero fuerte en la bebida y el alcohol. No golpea hasta matar, aprende fácil compartiendo su saber, de hecho tampoco es tan feo si se le disfraza de arlequín.   

Que les puedo decir de mi, lleno de defectos de carácter, pero no de sentimientos, jamás pretendo dañar a nadie nada mas a Memo ¡¡NO!! No es cierto, el sabe que lo estimo pero se hace guey

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